Cultivemos la pureza en nuestro corazón. La pureza es la cualidad de ser puro. Sé como la abeja, ella sólo busca lo dulce y se acerca únicamente a las flores que tienen néctar puro. La abeja nunca es atraída a otros lugares ajenos al dulce. De la misma forma, debemos ser como la abeja y abandonar todas las atracciones de los sentidos que nos llevan a lo falso, a lo negativo,a lo dañino, debemos dirigir nuestra atención a lo positivo, a la alegría y a la dulzura de Dios.
Al hablar de la pureza, estamos profundizando y descubriendo la riqueza interior de la persona. La pureza crea el ámbito donde es posible decidir libremente y facilita el nacimiento de un espíritu firme. Es el cuidado del corazón el que fortalece nuestro ánimo para encaminarnos hacia la autenticidad y nos da una mirada capaz de percibir la riqueza de nosotros mismos y de los demás.
Al considerar la pureza de corazón, nos estamos refiriendo a la salud psíquica y espiritual, que necesitamos cultivar para poder ser felices. Por eso las personas que queremos vivir la pureza, necesitamos el cultivo de: un corazón equilibrado emocionalmente; la apertura hacia la belleza de todo con lo que nos rodea; la pureza de corazón como parte constitutiva del carácter; la unidad entre la conducta exterior y la interior; la experiencia de sentirse impulsado hacia lo grande, nos ayuda a jerarquizar los valores; el amor puro, se centra en la realización de la persona hasta el máximo de sus posibilidades, para llegar a la plenitud; adueñarse de sí mismo, para vivir la libertad de poseerse para darse, ser alegres y hacer felices a los demás; y un corazón limpio está unificado y es capaz de ir al encuentro del otro para vivir la fraternidad.
Al hablar de la pureza, estamos profundizando y descubriendo la riqueza interior de la persona. La pureza crea el ámbito donde es posible decidir libremente y facilita el nacimiento de un espíritu firme. Es el cuidado del corazón el que fortalece nuestro ánimo para encaminarnos hacia la autenticidad y nos da una mirada capaz de percibir la riqueza de nosotros mismos y de los demás.
Al considerar la pureza de corazón, nos estamos refiriendo a la salud psíquica y espiritual, que necesitamos cultivar para poder ser felices. Por eso las personas que queremos vivir la pureza, necesitamos el cultivo de: un corazón equilibrado emocionalmente; la apertura hacia la belleza de todo con lo que nos rodea; la pureza de corazón como parte constitutiva del carácter; la unidad entre la conducta exterior y la interior; la experiencia de sentirse impulsado hacia lo grande, nos ayuda a jerarquizar los valores; el amor puro, se centra en la realización de la persona hasta el máximo de sus posibilidades, para llegar a la plenitud; adueñarse de sí mismo, para vivir la libertad de poseerse para darse, ser alegres y hacer felices a los demás; y un corazón limpio está unificado y es capaz de ir al encuentro del otro para vivir la fraternidad.
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